Empleados,
Su principal defensa contra los roedores
Debido a que los roedores son animales prolíficos y rara vez se dejan ver durante el día o cuando las operaciones están en pleno auge, es posible que se desarrolle una plaga rápidamente. Por lo tanto, no solo es fundamental un buen programa de gestión de roedores, sino que todos los empleados deben conocer cómo pueden ingresar a sus instalaciones, las señales de su presencia y el daño que pueden causar.
Ingreso de roedores
Las ratas y los ratones pueden ser animales astutos, que son atraídos por el calor y los olores provenientes de instalaciones alimenticias, que atraviesan las puertas abiertas o los huecos pequeños o ingresan en las mercaderías entrantes. Y cuando están en las instalaciones, pueden consumir y contaminar los alimentos, ocasionando fallas en auditorías e inspecciones y originando multas.
Señales de la presencia de roedores
Las ratas o los ratones vivos o muertos son, por supuesto, la señal más obvia de la presencia de roedores. Pero todos los trabajadores, en particular aquellos que trabajan en el turno de saneamiento u otras tareas fuera de horario, también deben conocer e informar de inmediato a la administración si ven excrementos, acumulación de materiales de nidos, empaques roídos o marcas de aspecto oleoso y/o pelos sobre las paredes o en los rincones. La presencia también se puede reconocer por el sonido de deslizamientos en pisos o en vigas o incluso mediante olores fétidos si la plaga se ha expandido.
Daños y contaminación causados por los roedores
Los roedores orinan o dejan sus heces al escabullirse por las instalaciones, propagando contaminación y bacterias, debajo de los equipos y detrás de las paredes, sobre la superficie de los alimentos, empaques e incluso en los mismos alimentos. Aunque no necesariamente consumen grandes cantidades de alimentos, pueden dañar y contaminar los empaques al mordisquearlos para conseguir el alimento, y adulteran el producto. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, los roedores pueden transmitir más de 35 enfermedades a los seres humanos a través del manejo o del contacto directo con su orina, sus heces o su saliva; y este mismo contacto con los alimentos puede ser una fuente de enfermedades de origen alimentario como por ejemplo la salmonelosis.