Dada la gran cantidad de desafíos que enfrenta el mundo, falta de equidad racial y de género, incertidumbre económica y los impactos del COVID-19, entre otros, puede ser que se pregunte: "¿sigue siendo importante la sustentabilidad?".

La respuesta es sí. La sustentabilidad es importante, y lo seguirá siendo en el futuro. Y tendrá un papel fundamental en enfrentar nuestros desafíos actuales y los que vendrán.

La crisis del COVID-19 terminará en algún momento. Cuando lo haga, tendremos que reconstruir la economía mundial. Algunas cosas no cambiarán, y muchas otras serán diferentes. Pero algo es muy claro: lo profundamente interconectado que está nuestro mundo y cómo las decisiones en una familia, una compañía o un país pueden tener repercusiones significativas para todos. Eso significa que todos nosotros debemos unirnos para volver a pensar y volver a comprometernos si queremos reconstruir un mundo más resiliente, sustentable y equitativo para todos.

La importancia de la colaboración es la base de nuestro último informe de sustentabilidad corporativa, Socios para un fin superior, que presentamos esta semana. El informe destaca el impacto exponencial que podemos lograr si trabajamos juntos.

Ampliar el alcance de la sustentabilidad

Cada vez comprendemos mejor que la sustentabilidad es mucho más amplia que el impacto ambiental y para que las empresas actúen de forma responsable también deben tomar decisiones para hacer avances en lo que respecta a la equidad racial y de género.

Los eventos recientes han subrayado el sesgo y la discriminación que siguen presentes en nuestras comunidades y los estragos que hacen colectivamente en la sociedad. La falta de igualdad de larga data ha aumentado de formas nuevas. La pandemia global ha golpeado mucho más fuerte a los grupos de bajos recursos económicos y a las comunidades marginadas. Y la trágica muerte de George Floyd en la comunidad de nuestra oficina central puso el foco mundial en la necesidad de tomar medidas urgentes. Tengo el compromiso de hacer avances más rápidos y profundos, tanto dentro de Ecolab como en nuestras comunidades, junto con otros líderes empresariales y de la comunidad.

En Minnesota, y en todo el mundo, veo que las empresas están pasando de la concientización a la acción, sumándose a acciones colectivas y estableciendo objetivos más ambiciosos.

Es por eso que presentamos un nuevo grupo de objetivos de sustentabilidad para 2030, centrados en el agua, el clima, los alimentos, la diversidad y la inclusión, y la salud. Con estos nuevos objetivos, asumimos la responsabilidad de aumentar nuestro impacto positivo a través de nuestro trabajo con clientes, acelerar nuestros esfuerzos dentro de nuestras operaciones, ampliar nuestro enfoque hacia la sustentabilidad de productos, hacer avances en cuanto a la diversidad y la inclusión y vivir de acuerdo a nuestros valores en el lugar de trabajo y la comunidad.

Cada uno de estos objetivos está interconectado. Generar resiliencia ante un riesgo puede lograr otros resultados positivos. Ahorrar agua significa ahorrar energía. Las industrias que usan menos recursos naturales son más resilientes y las comunidades cercanas reciben mejores servicios. Y las industrias que usan menos recursos naturales ahorran dinero, en un momento en que muchos están enfrentando una mayor presión financiera debido a la pandemia global. A más largo plazo (pero no demasiado), evitar una futura crisis con el clima y el agua ayudará a evitar un costo humano, social y financiero catastrófico. Y la transición a una economía totalmente sustentable desatará avances tecnológicos, generará nuevas industrias y creará empleos en todo el mundo.  

Estos objetivos no serán fáciles de alcanzar, pero sabemos que se pueden lograr más cosas cuando se apunta más alto. Los desafíos futuros son formidables, pero también lo es la resiliencia y la determinación que veo dentro de Ecolab, entre nuestros clientes y dentro de nuestras comunidades.  Estoy seguro de que al trabajar juntos con objetivos claros y un fin renovado podemos hacer del mundo un lugar mejor.