Dos hallazgos de los científicos de Ecolab han contribuido en gran medida al éxito del control de roedores:
- Las diferencias conductuales de un roedor entre el momento en el que ingresa a un nuevo ambiente y la etapa en la que anida en dicho lugar, y
- La importancia de los bigotes (o vibrisas) de los ratones como "escudo protector", que además tienen un rol fundamental en sus patrones de movimiento y búsqueda. Cuando un roedor se introduce en un nuevo ambiente, su instinto inicial es encontrar un lugar donde ocultarse y desde donde poder observar su nuevo entorno. También se debe destacar que aunque se suele afirmar que los ratones tienen mala visión, esto solamente es cierto si comparamos su capacidad para ver en ambientes iluminados con la de los seres humanos. Lo cierto es que tienen una enorme capacidad para ver contrastes y sombras en la oscuridad, y usan dicha capacidad para encontrar refugio.
"Un orificio con alta proyección de contrastes es sumamente atractivo para los ratones que se encuentran en un nuevo entorno", dice Douglas Gardner, científico sénior de Ecolab. "Cuando entran a un determinado establecimiento por primera vez, se lanzan rápidamente a los orificios que encuentran, especialmente los que están más cerca de la puerta por la que entraron". Por lo tanto explica que al colocar trampas de cuerda y trampas de captura múltiple cerca de las puertas, se aprovecha y estimula esa conducta orientada a buscar orificios ideales en los cuales ocultarse.
Incluso durante el día, cuando su visión es menos clara, el roedor se desplaza e identifica agujeros con bastante facilidad usando sus bigotes. Con una extensión de aproximadamente 1-1/2 pulgadas (3.81 cm) desde la cabeza, sus bigotes no son solo simples pelos, tienen músculos en la base y son muy sensibles. De manera que un ratón puede mover sus bigotes haciendo amplios desplazamientos tipo "barrido", moverlos de lado a lado o mantenerlos rectos en dirección al frente para sentir la pared contra la cual se deslizan o el orificio al cual quieren entrar. "Sus vibrisas son lo suficientemente sensibles como para reconocer incluso las formas y las texturas", dice Gardner. "De manera que pueden usar este "escudo protector" para investigar nuevos objetos, reconocerlos y decidir si deben o no avanzar".
Si, después de todo esto, el roedor decide quedarse en el establecimiento que ha elegido, esto significa que ha encontrado refugio y que no necesita buscar más orificios. Por lo tanto, en dicho caso, será necesario implementar una nueva estrategia de control para enfocarse en su nueva conducta. La siguiente medida de defensa incluye colocar en los pasadizos y contra las paredes trampas con resortes para ratones y trampas con pegamento temporales, que deberán ser revisadas regularmente y retiradas cuando un ratón quede atrapado.
"Implementar la investigación a los programas de control de roedores ha validado el enfoque de afuera hacia adentro de Ecolab, que ofrece tres niveles de protección", dice el Dr. John Barcay, científico sénior de Ecolab. Estos son:
- Equipo externo para roedores orientado a reducir la proliferación de la plaga.
- Trampas de captura múltiple en el interior a modo de barrera y captura de los ratones en su primera incursión.
- Inspección regular de las trampas del interior para retirarlas rápidamente de ser necesario.